La muerte de un joven de 17 años en el Instituto Agote constituye una grave violación a los derechos humanos
La Cátedra Libre de Derechos Humanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA hace pública su profunda preocupación y repudio frente a los sucesos acaecidos en el Instituto Penal Agote (dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia) que dieron por resultado la muerte de un joven de 17 años, quien se encontraba allí detenido desde 5 meses atrás.
La muerte del joven da cuenta de las degradantes condiciones de detención, de la ausencia de rendición de cuentas y contralor y de la administración negligente de las autoridades de la SENNAF sobre los jóvenes privados de libertad en sus instituciones penales, es decir, en sus cárceles para personas que aún no han cumplido la mayoría de edad.
Las condiciones de custodia y resguardo en las que se produce la muerte del joven resultan abiertamente violatorias de todos los estándares de derechos humanos y de derechos especiales de niños, niñas y adolescentes.
El aislamiento en celdas de castigo, el "castigo dentro del castigo" que implica la aplicación de sanciones por faltas menores ("faltar el respeto verbal") son elementos que estructuran un dispositivo de violencia y crueldad que terminó con la muerte de un joven quemado dentro de un "buzón", espacio de reclusión que no puede tener habilitación ni ser utilizado en el marco de estas instituciones.
La ausencia del guardia que debía estar apostado a la entrada del pabellón de aislamiento para garantizar la integridad del joven es un elemento clave en la producción de su muerte: nadie estaba allí para socorrerlo a tiempo y evitar el desenlace trágico. El joven se encontraba completamente solo y "engomado" en una celda, con un encendedor y con un colchón sin tratamiento ignífugo. Sus gritos de auxilio y el humo debieron prolongarse por un tiempo fatalmente decisivo. Su cuerpo presentaba quemaduras en un 80% y la inhalación de monóxido de carbono terminó de intoxicarlo. El joven se encontraba preso sin condena, a disposición del Tribunal Oral de Menores N° 1. Agonizó varios días hasta fallecer en el día de ayer en el Instituto del Quemado.
En este marco, la SENNAF hace años se niega a permitir el monitoreo de sus instituciones por parte del organismo facultado por la Ley Nacional de Prevención de Tortura, que reconoce entre sus miembros a la Procuración Penitenciaria de la Nación. La sostenida negativa del Dr. Lerner, Secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, a permitir el monitoreo plural e independiente de todos los organismos sobre las instituciones penales que comanda, nos obliga a exigir que cumplan la ley permitiendo el acceso de los organismos de derechos humanos, dando fin al muro de silencio sobre el cual las prácticas de esta institución se desarrollan.
Sostenemos que los derechos humanos los viola el Estado a través de sus prácticas que, por acción u omisión, conducen al sufrimiento de miles de personas en los ámbitos carcelarios y de instituciones de "minoridad" del país. Respetar los derechos humanos es algo más que enunciarlos. Es reconocerlos, permitir que se ejerzan, garantizarlos y cumplirlos cabal y eficazmente.
La democracia real exige acabar con la tortura. Diego murió quemado en una celda de aislamiento. A Diego lo mató el estado. Exigimos justicia.
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