El GERE
Grupo de Estudios sobre Religiosidad y Evangelización
Programa de Historia de América Latina (PROHAL)
Instituto Ravignani. Fac. de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires
invita en el marco de su Seminario Abierto Anual 2007 a la conferencia abierta y gratuita
"La celebración de la muerte en el Buenos Aires rural tardocolonial"
a cargo de la Dra. María Elena Barral (UNlu? / CONICET)
Viernes 11 de mayo, 18 hs.
Facultad de Filosofía y Letras, 25 de Mayo 217, 2do. Piso, Aula C
Más información:
gere_prohal@yahoo.com.ar
Abstract:
En los pueblos rurales bonaerenses, como en otras partes del mundo iberoamericano
colonial, la religión era motivo de fiestas y celebraciones. La muerte no escapaba
a este rasgo. Por ello, el final de la vida se preparaba y se vivía según un guión
que organizaba un conjunto de comportamientos ritualizados. Algunos de estos ritos
se encontraban regulados por una normativa específica y otros, en cambio, se
construían en aquel espacio de autonomía que las feligresías se reservaban para
sí, regidos por unas normas no escritas.
Como parte de esta preparación muchos feligreses “otorgaban” su testamento. Su
doble carácter de instrumento jurídico y religioso garantizaba, al mismo tiempo,
la sucesión de bienes y el cumplimiento de ritos de salvación para lograr una
“buena muerte”. Un centenar de testamentos y sucesiones han permitido reconstruir
esta red de gestos de la piedad mortuoria en el mundo rural bonaerense en las
últimas décadas coloniales.
El estudio puso de manifiesto la manera en que estos gestos encadenaban creencias
y prácticas propios de una sociedad sin demasiados indicios de secularización: las
ánimas y el Purgatorio, el entierro intramuros, mortajas protectoras, gestos
macabros, túmulos, velas y cirios. Por su parte, las cofradías encarnaban una
responsabilidad colectiva-corporativa frente a la muerte, a la vez que mantenían
las antiguas solidaridades entre vivos y muertos.
Si la muerte requería un ceremonial religioso con momentos, pautas y aranceles
dispuestos por la normativa eclesiástica, igualmente importantes eran los ritos
sociales no regulados por la Iglesia. Entre ellos sobresalen las celebraciones
comensales, conocidas también como caridades. Este comensalismo colectivo y
festivo –tan condenado como vigente a lo largo de todo el siglo XVIII y buena
parte del XIX– excedía las celebraciones de la muerte y se presentaba como una de
las maneras más habituales de confraternización y de integración simbólica de las
comunidades.
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